El neón es un tipo de iluminación que ha estado presente en nuestra vida a lo largo de muchas décadas. Se instaló en la deco de nuestros negocios de manera casi protagonista para iluminar poderosamente los espacios más atrevidos y modernos.
Descubierto en 1898 por Georges Claude, la iluminación de neón nos evocaba antiguamente a cafeterías, bares o restaurantes de décadas como los 50 o 60, incluso en ocasiones a pubs o clubs y, cómo no, a la fabulosa Las Vegas.
En la actualidad, cómo cualquier otra tendencia, se está instalando en nuestros hogares y comercios mas atrevidos con una esencia moderna.

Este tipo de iluminación es colorida, alegre, vibrante e irresistiblemente hipnótica. Quizás por esos motivos resulta inevitablemente tentadora de incluir en las decoraciones comerciales, más enfocadas a un público joven o menos convencional.
Su variedad de formas y colores pueden convertirse desde una frase inspiradora hasta una piña con gafas de sol.


Quizás la tendencia Palm Spring que hemos estado viendo estas últimas temporadas tenga algo que ver, ya que si unimos la tendencia «Natural» con Palm Spring y neón conseguimos un efecto realmente llamativo y chic.


Hace pocas temporadas su presencia era más notable quizás en restaurantes o bares más eclécticos y vanguardistas. A través de frases de moda, con sus propios logos o como rótulo de marca.


Consiguió el éxito en otros ambientes como el retail y cada vez más nos inundó en todo tipo de comercios. Llenando rincones un poco más en desuso y convirtiéndolos en espacios espectaculares y, en consecuencia, “instagrameables”.


Como cualquier material u objeto, todo se reinventa o transforma, es decir, el neón no sólo se limita a ser un rótulo vistoso y con gracia, sino que también se convierte en un objeto, un elemento más de un mueble o una iluminación tenue en un espacio con estilo.


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