Hoy en día le damos mucha importancia al aspecto de una tienda o de un restaurante y de la imagen que transmite al público, pero nos olvidamos de una parte casi más importante, que es el espacio de trabajo de los empleados.
No debemos entender el concepto de espacio de trabajo como un lugar al que vamos a trabajar sin más, sino como un lugar donde nos sintamos cómodos, que cubra las necesidades que tendremos en las horas que pasaremos allí y nos motive para mejorar nuestro rendimiento.

Para conseguir un buen espacio de trabajo es importante tener en cuenta diferentes características como la iluminación, el mobiliario, la distribución y el diseño.
En cuanto a la iluminación, ventilación y temperatura, es recomendable mantener un nivel de luz intermedio, idealmente luz natural, y una temperatura de 23-26º en verano y 20-24º en invierno.

El mobiliario debe ser cómodo y útil, es decir, que no provoque al trabajador ningún daño físico y además le ayude a organizar el espacio de una manera más ordenada y eficiente.
En resumen, todos los factores que forman un espacio de trabajo deben ser ergonómicos y que proporcionen al trabajador comodidad y ventajas para su bienestar.

El diseño y la decoración también son partes muy importantes aunque pueda parecer lo contrario. Un empleado siempre se sentirá más motivado en un espacio limpio, ordenado y bonito, por lo tanto mejorará su rendimiento y actitud en el trabajo.

También tenemos que tener en cuenta los espacios donde el trabajador pasará su tiempo libre, como el comedor, cocina o salas de descanso, ya que si es capaz de disfrutar de sus descansos volverá al trabajo de mejor humor.
