Una opción asequible para renovar la imagen sin tener que hacer un gran desembolso económico es el restyling, consiguiendo unos resultados francamente increíbles.
¿Qué es un Restyling?
Es un rediseño, remodelación o actualización del estilo de tu tienda u oficina.
Existen muchos niveles dentro del restyling, pero la ventaja principal que más destaca es la ausencia de obra.

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Antes de nada, deberíamos diferenciar claramente el objetivo de nuestro cambio de imagen. Ya que deberemos diferenciar entre restyling y rebranding.
¿Por qué es necesario definir estos dos conceptos?
Porque el rebranding abarca detalles más extensos que el restyling, cómo la filosofía de marca, target y producto. Esto muchas veces deriva de la falta de identidad, reputación o imagen que puede haber adquirido el negocio.
Mientras que el restyling no implica esta carencia de imagen, sólo queremos mejorarla, actualizarla o atraer nuevos clientes y diferenciarnos de la competencia.

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En este post vamos a compartir una serie de tips para poder enfocar un restyling básico:
Nuevo estilo decorativo: Cambiar el estilo decorativo en función de las tendencias. Siempre teniendo clara nuestra filosofía e imagen que queremos reflejar marcaremos el estilo que más nos defina. Un ejemplo sería si queremos dar un nuevo aire a nuestro restaurante y queremos darle un toque Mid Century, sabremos que deberemos fijarnos en muebles vintage y toques dorados.


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Paredes o revestimientos: Antes de ello, siempre tendremos en cuenta si tenemos colores corporativos y queremos incluirlos. Cambiar los colores de las paredes, quitar revestimientos antiguos e incorporar nuevos. Un consejo es utilizar colores neutros que no condicionen en exceso el espacio.


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Layout: Cambiar la disposición de todos los elementos que constituyen el espacio. Realizando un previo estudio ya no sólo de las posibilidades, sino de las pautas estratégicas de visual merchandising, para optimizar al máximo las nuevas distribuciones. Por ejemplo, le podemos dar una nueva ubicación al mostrador, pero siempre con lógica y sentido comercial, ubicaremos de manera diferente el mueble expositor, etc.

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Mobiliario: Un cambio estético y a la vez funcional, quitar muebles que ya están desfasados y añadir nuevos, siempre en sintonía con el estilo decorativo que hemos elegido. No es necesario deshacernos de todo el mobiliario, podemos darle una nueva vida al antiguo ya sea restaurándolo, utilizando un nuevo color o dándole un uso diferente.


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Iluminación: Una buena iluminación es clave a la hora de destacar nuestro espacio y darle protagonismo. Si tenemos la iluminación un poco olvidada, este sería un buen momento para renovarla. No solo nos enfocaremos en la iluminación principal, también prestaremos atención a los pequeños puntos de luz que desempeñan un papel más decorativo, como lámparas sobre el mostrador, en los probadores, las de apoyo para comensales, etc.


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Exposición: Un detalle poco previsto, pero importante. Una vez ya tenemos planteado y desarrollado el restyling lo tendremos casi todo listo, pero nos quedará exponer el producto. Debemos exponerlo según las pautas que nos proporciona el visual merchandising (la unión de la optimización, rentabilidad y estética) y así de este modo no sólo tendremos un espacio bonito sino que estará optimizado.


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